Anatomía de una revolución: la imagen de Lenin en el cine soviético

 

Texto de Yuri Bogomólov, RIA Novosti

"Hoy, 7 de noviembre se cumple el 95 aniversario de la revolución de Octubre (la fecha 25 de octubre corresponde al calendario juliano vigente en la Rusia zarista, después abolido por la Revolución).

Hoy, 7 de noviembre se cumple el 95 aniversario de la revolución de Octubre (la fecha 25 de octubre corresponde al calendario juliano vigente en la Rusia zarista, después abolido por la Revolución).

Faltan sólo cinco años para el centenario pero hasta ahora este acontecimiento provoca controversia, por llamarlo de una manera suave. Esta fecha me ha empujado a volver a ver la película rodada veinte años después de la revolución y titulada 'Lenin en Octubre'.

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Alexander Kérenski, el ministro de Guerra del Gobierno provisional durante la revolución de 1917, no habría dudado si arrestar o no al señor Uliánov (nombre real de Lenin) si hubiera visto esta película. En la cinta del célebre director soviético Mijaíl Romm se muestran múltiples hechos que habrían resultado más que suficientes para la detención del futuro líder del proletariado mundial.

Todo es evidente: primero cruza la frontera de manera ilegal, intenta conseguir un plano de Petrogrado (ahora San Petersburgo), se encuentra con el 'georgiano maravilloso' Dzhugashvili (apellido auténtico de Iósif Stalin), recién salido de prisión, y encima participa en la reunión clandestina del Comité Central de los bolcheviques en la que se aprueba el plan y la fecha del golpe de estado. Basta para llevarlo directamente ante los tribunales.

…Si damos fe a ciertos testimonios históricos, Alexander Kérenski, un demócrata y un liberal, no se decidió a ordenar el arresto al hombre tan sospechoso por un pretexto irrisorio hoy en día: le parecía que estaba mal visto luchar contra los oponentes políticos con métodos policiales.

Es probable que fuera así. Mientras, la película de la que hablamos aquí tiene muy poco que ver con la realidad de aquellos años. Tiene otra misión y objetivo. No es solo una interpretación artística de un acontecimiento histórico. Es un mito sobre Vladimir Lenin y la Revolución de Octubre.

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Cabe señalar que el cine histórico soviético es, mayoritariamente, mitológico. 'Lenin en Octubre', 'Lenin en 1918', 'El diputado del Báltico' y muchas otras películas son lo mismo que los mitos de la Grecia Antigua. Pueden ser objeto de reflexión y estudio pero no representan ninguna crónica fidedigna. Los que intentan encontrarla allí están perdiendo el tiempo, es como intentar comprobar si el rey Edipo realmente asesinó a su padre y se casó con su madre.

Si la epopeya cinematográfica sobre Lenin de los años treinta conserva algún significado cultural es el siguiente: por un lado deja entrever de qué manera quería verse la élite gobernante de la Rusia Soviética, y por otro permite comprender las expectativas que el pueblo depositaba en sus líderes...

Cabe aclarar, sin embargo, que el proceso de la creación de mitos se regulaba desde la cúpula del poder soviético y corría a cargo del camarada Stalin, una especie de Zeus en el Olimpo del Kremlin.

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Mijaíl Romm rodó la película en dos meses y medio. Comenzó a mediados de agosto de 1937 y el 6 de noviembre del mismo año la cinta fue estrenada. El 'georgiano maravilloso' la vio lleno de profunda satisfacción.

'Lenin en Octubre' representa, sobre todo, una hazaña laboral de los que crearon la película. Por supuesto, toda la industria cinematográfica de la URSS estaba volcada en la producción. Pero hay que destacar la valentía del director de esta industria, Boris Shumiatski, y del joven director de cine Mijaíl Romm, que solo había hecho para el momento una cinta con sonido. Ambos pusieron en juego su vida por esta película y siempre quedaba la duda de que el resultado no gustase en el 'olimpo'.

Romm trabajó día y noche casi sin dormir, manteniéndose despierto con café cargado. Posiblemente fue entonces cuando arruinó su salud. Boris Shumiatski fue fusilado en 1938. Pero los mitos viven más que los hombres.

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Pasados diez años desde la revolución, el régimen se dio cuenta de que, además del poder, necesitaba una imagen positiva. Para el décimo aniversario Serguei Eisenstein le regaló la cinta 'Octubre'. El protagonista, el obrero Nikíforov, tenía un sospechoso parecido físico con Lenin. Pero la película era muda y diez años más tarde hizo falta otra.

Además, había que corregir un poco la imagen del líder revolucionario representándolo como un ciudadano de a pie, una persona normal y corriente. Y en 'Lenin de Octubre' aparece un Lenin con traje burgués pero también con una vulgar gorra de visera que tenía la misión de emparentarle con el proletariado.

Al futuro líder de la revolución bolchevique le protege un auténtico obrero Vasili que le ofrece su casa y su cama matrimonial, echando de ella a su mujer embarazada. Lenin se niega rotundamente a ocupar el lecho familiar y se acuesta en el suelo. Pero no es la sencillez del gran hombre lo que más llama la atención en este episodio, sino una carta enviada por una familiar que vive en el pueblo. La mujer pregunta si pueden repartir entre los campesinos el ganado de los terratenientes.

-    Claro que sí, - ordena Lenin.

-    ¿Hay que echar fuera a los terratenientes?

-    Claro que sí.

-    Queríamos echarles fuera, -continúa la campesina en su carta- pero al final les matamos a todos.

-    Bueno, una carta muy sensata, -concluye Lenin y se duerme.

En la película aparecen, de una forma enmascarada, muchas figuras y hechos reales, pero el motivo más importante del mito es que Lenin es un hombre corriente. Cuando en la escena final es aclamado por la multitud, un obrero con los ojos muy abiertos y encendidos en el primer plano grita: “¡Es como nosotros!”

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La desmitificación de la imagen de Lenin no empezó hasta después de la Segunda Guerra Mundial, aunque todavía en los años 60 fue utilizada en la lucha contra el mito estalinista. Solo tras la caída del régimen soviético el director de cine Alexander Sokúrov con su cinta sobre Lenin, 'Taurus', acabará con la imagen mítica del “líder de toda la humanidad progresista”.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI"